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Danis y Davices

Me llamo Daniel Martín y ese de la foto soy yo. Mi nombre tiene una famosa coincidencia, de la que luego te hablaré.

Pero antes te resumo mi trabajo. En DespachoTres lo que hacemos es diseño web profesional (solo empresas y profesionales). Y lo hacemos proporcionando todos los servicios relacionados (alojamiento y mantenimiento técnico), para que nuestros clientes no pierdan ni un minuto de su tiempo en tareas que no tengan que ver con su negocio.

Algunas personas no lo valoran como deberían. Estupendo, ellos verán. 

Otras entienden la importancia que tiene proyectar una imagen profesional en la mente de su potencial cliente. Y, de paso, aprovechar para que tu vecino siempre vea tu jardín más verde que el suyo.

Eso es a lo que me dedico.

Ahora te contaré algo sobre mi nombre. 

Danis

Mi nombre es vulgar. Es de lo más corriente.

Atiende porque aquí hay una lección sobre marca personal que tal vez podría interesarte. O no.

Mira.

Cuando decidí emprender y montar mi propio negocio, llegó el momento de elegir el nombre. La marca.

Mi primera duda fue si utilizar mi marca personal. Es decir, que mi nombre fuera el del negocio. O, por el contrario, pensar y elegir un nombre distinto para la empresa.

El primer problema es que mi nombre es vulgar.

Daniel Martín.

Daniel es un nombre común. En la mili éramos 3 Daniel y nos diferenciaban por el apellido o por el mote.

Y Martín… Qué decir de Martín. Resulta que Martín es el décimo apellido más común en España. El primero es García, y tiene su gracia (luego entenderás por qué).

Es igual.

Lo peor de todo no es lo común del nombre. Es que ya había un Dani Martín en España.

Y encima era famoso.

Cantaba y estaba loco.

Alucina.

Durante 2 años viví en Madrid, allá por la prehistoria, cuando todavía existía algo que se llamaban las páginas blancas. Si no sabes quién es Espinete, es probable que no sepas de lo que estoy hablando.

Las páginas blancas eran libros enormes en los que se publicaban todos los teléfonos de los habitantes de la localidad. Un listín telefónico por orden alfabético.

Buscabas Martín… y en una ciudad como Madrid encontrabas miles de Martines. Del nombre solo ponían la inicial, por aquello de la privacidad, por lo que yo era “Martín D.”.

Algunas chicas, groupies de manual, se pasaban horas llamando por teléfono a todos los Martín D., por si alguno de ellos era el Dani que estaban buscando.

Esto no es coña.

Casi media docena de veces mi mujer tuvo una conversación como esta:

— ¿Es la casa de Dani Martín?
— Sí, aquí es. Daniel Martín. ¿Quién es?

— ¿Pero es Dani Martín?
— No bonita, lo siento. Te has equivocado de Dani.

Tener un negocio con mi nombre como marca personal me hubiera condenado a la invisibilidad más absoluta.

Muerto antes de nacer.

Ese fue uno de los motivos, no el único, por el que descarté la marca personal.

Davices... y acabo

Por otra parte, la gente se complica mucho la vida cuando buscan un hombre para su negocio. Quieren ser demasiado originales y lo sencillo siempre es mejor.

La cosa va por modas.

La moda de las palabras griegas: Alfa Abogados; Beta Asesores; Delta Arquitectos.

La moda de los acrónimos: ACS, H&M, IKEA, LEGO, LG, MTV.

Mejor sencillo. Sencillo es mejor.

La gente confunde sencillez con baja sofisticación y bajas probabilidades éxito. Y al revés.

¿Dani Martín? Nombre común, sí.

Y también éxito arrollador, marca personal realmente potente.

Cambio Martín por el apellido más vulgar de españa: García.

Dani García. ¿Te suena? ¿No te comenté antes que tenía gracia? 3 estrellas Michelín.

Te pongo otro ejemplo vulgar.

David Muñoz, más conocido como Dabiz Muñoz, que este chico sí que es moderno (si no lo conoces, seguro que a su mujer, la Pedroche, sí).

Y ahí está, con su cutre cresta. Si lo ves en chándal, esperando a la Pedroche para ir a hacer yoga al gimnasio, y apoyado en una esquina, lo mismo te da por tirarle una moneda.

Y, sin embargo, es otro ejemplo de una marca (aparentemente) vulgar, que lo peta.

Nombres sencillos, marcas de éxito internacional.

Si te gustan las cosas sencillas,  este es un buen sitio.

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